Boom Game!
El apartamento de Johan, pequeño y sencillo, era realmente confortable, quizá en un día normal Bryan hubiese considerado eso, pero ese día le parecía un lugar apartado del tiempo y el espacio, como si el mundo de fuera estuviera a miles de kilómetros de distancia. El atractivo Johan había hecho que se sentaran uno frente al otro en la cama y mostrándole una aplicación en su celular le habló sobre el juego del club.
-Es un juego sencillo, a decir verdad. Lo inventó Ivan Loyola, nada más y nada menos que quien inventó el club. El estudia ingenieria de sistemas y pues desarrolló está aplicación: Boom Game.
Bryan miró intrigado el icono en forma de esas bombas circulares que se activaban con mecha, esa forma más él nombre del juego no le daba buena espina.
-No hagas esa cara, aunque tienes la extraña habilidad de verte atractivo sin importar que cara hagas...
El halago de Johan hizo que se sintiera apenado, realmente Bryan nunca se había considerado atractivo.
-Bien-dijo Johan-como dije, el juego es muy sencillo, simplemente es una aplicación en la que presionas un botón y la aplicación te muestra un resultado aleatorio y dependiendo de ese resultado buscaras unas instrucciones en otra parte de la aplicación y tendrás que realizarlas.
-¿Qué tipo de instrucciones?
-Lo mejor será un ejemplo...Digamos que podría salir que debemos tener sexo en las escaleras o en el parqueadero.
Bryan sopesó la idea de retirarse ahora que podía pero Johan continuó hablando.
-Obviamente es una exageración, aunque bien podría salir algo así, amigo. Como soy tu anfitrión pues te doy los honores. Presionalo y veamos que sale.
Luego de decir eso Johan le pasó su celular, que mostraba en la pantalla la imagen de un botón rojo. Bryan pensó en decirle que ese juego le parecía un tanto loco, que al fin de cuentas no estaba hecho para ese club de versátiles después de todo, pero en vez de decirle eso y como hipnotizado por los ojos verdes de Johan, presionó el botón y al cabo de tres segundo luego de una música alegre la aplicación dio el resultado. Dos palabras rojas sobre fondo amarillo: “La maquinilla”
Después de eso la pantalla cambio a la explicación del juego. Johan recuperó su celular y lo leyó con una sonrisa. Bryan empezaba a sentirse más acalorado.
-Según esto, debemos rasurarnos uno a otro con una máquina de rasurar.-dijo al fin Johan-por supuesto nuestras partes intimas.
Johan tomó a Bryan de la mano y lo llevó al interior del baño, allí había una máquina rasuradora, la activó por un momento y el ruido del pequeño motor hizo que Bryan diera un respingo.
-¿Quién empieza?
La pregunta quedó en el aire por un momento. De inmediato Johan le dio la rasuradora y empezó a desnudarse. Primero la camisilla negra, revelando unos pectorales y abdominales firmes y bien trabajados. Sus pezones eran pequeños y claros. Bryan se mordió el labio inferior instintivamente. Después Johan se quitó la pantaloneta azul, lentamente y mirando a Bryan en todo momento. Lo único que lo cubría en ese momento eran un boxer negro.
-Del resto te encargas tú-dijo sonriendo como una estrella de cine. Bryan pensó en un momento en Richard, él chico de quien estaba enamorado y por quien había entrado al club de versátiles, sin embargo, frente a este adonis moderno pensó que al fin de cuentas no iba a ser del todo un sacrificio jugar los juegos que lo llevarían a Richard. Bryan se arrodilló y con cierta torpeza bajo el boxer de Johan de forma un tanto brusca. Al salir el pene de Johan, firmemente rígido, le golpeó la cara. Las fosas nasales de Bryan aspiraron el olor de su virilidad. Era un pene grueso con un glande pequeño y puntiagudo. El vello púbico era rizado.
Bryan encendió la máquina y sintiendo que la pena pasaba ya empezó a rasurarlo despacio. En algún momento tuvo que sujetar el pene de Johan y cambiarlo de posición para poder rasurar varias partes, cuando le rasuró los testículos el rostro de Johan mostraba un completo éxtasis.
-Ahora es tu turno.-dijo Johan ayudándolo a ponerse de pie, y posteriormente a desnudarlo.
Johan fue muy cuidadoso de dejarlo completamente lampiño.
-Es más grande que él mío-comentó Johan mientras le devolvía la máquina a Bryan y sujetandole el miembro se lo llevó a la boca y empezó a chuparlo. La sensación fue increíble, tanto que Bryan no pudo contener varios gemidos. Más tarde supondría que la excitación previa debido a la rasurada tuvo que ver, eso y lo acostumbrada que parecía la boca de Johan en succionar y lamer.
Johan se incorporó y lo besó de forma violenta. luego se giró y apoyándose contra la pared le enseñó el trasero a Bryan.
-Se que lo has estado mirando cada vez que puedes desde que me viste. No me crece mucho vello allí pero sería bueno que lo rasuraras también.-dijo.
Era una hermosa visión, sus nalgas redondas y firmes y en el centro aquello que Bryan quería explorar a fondo. Se agachó nuevamente y encendió la máquina, rasurando y limpiando, mientras Johan gemía de placer ante la vibración de la máquina contra su piel. Bryan no pudo contenerse y apagando la máquina llevó su lengua al punto del placer en el trasero de Johan.
Más tarde los dos irían a la cama y se conocerían a fondo cada parte de su cuerpo. Bryan no se arrepentía para nada el haber aceptado hacer parte del club. Por lo menos, no en esos momentos.